Competiciones que tocan a su fin
y valoraciones que toca hacer de la cosecha conseguida por nuestros luchadores.
En categoría base muy buena temporada
en términos generales. Tres campeones absolutos: Sandra López, Sergio Alvarez y
Nerea Lorenzo en lo más alto.
Difícil para una chica, debutante además como
era el caso de Nerea, el mandar en una
categoría infantil donde las diferencias físicas entre sexos comienzan a ser evidentes.
Brillante, y solvente además, la
actuación de Sergio y genial y vibrante, como lo es ella, la victoria de
Sandra. No menos mérito tienen otros como Víctor Cuevas, que rozó la victoria
en su primer año también, Hugo López, Nicolás Cuevas, Héctor, los hermanísimos
Dani y Guille, Isabel Justel (tan
racial y geniuda como siempre), Alvaro Jiménez, Manuel Valbuena... Todos ellos
dieron lo mejor de sí y mostraron la mejor actitud. Bueno también el trabajo de
sus monitores: Abel y Omar; y bueno, inmejorable, el ambiente en la grada con
unos padres entregados y enganchados además a la lucha de estos figuras. Hay
futuro.
En categoría sénior femenina, buen
espectáculo el dado por Ana y Noelia en el peso ligero. Las fugaces apariciones
de una Miriam que se mostró intratable no impidieron que ellas dos se
disputasen el título hasta el final. La llegada de Ana a la lucha ha sido un
revulsivo no ya para el peso ligero, sino creemos para la categoría femenina en
su conjunto. Su forma de entrenar, su
disciplina y su constancia son un ejemplo y dicen mucho de quien a buen seguro
dará que hablar en la lucha. Enfrente tuvo a una Noelia solvente y rocosa que
sumó un nuevo título a su ya brillante palmarés. De Miriam poco que decir ya; una
luchadora como ella, referente de este deporte, que continúa atesorando una calidad innegable, que
seguramente haya sido la mejor de la lucha femenina desde su implantación; tan
sólo el hastío que la produce la situación actual de la lucha parece ir
apagando su afición y reduciendo sus apariciones.